27 de febrero de 2011

Aumentan los niveles de referencia de la ICNIRP para exposición a campos eléctricos y magnéticos de frecuencia extremadamente baja

En diciembre de 2010, la Comisión Internacional sobre Protección contra la Radiación No-Ionizante (ICNIRP) dio a conocer nuevos valores guías para limitar la exposición a campos magnéticos y eléctricos variables en el tiempo (1 Hz – 100 KHz) a través de una publicación en Health Physics[1][1].

Recordemos que la ICNIRP es una organización reconocida internacionalmente que define estrategias para prevenir los efectos adversos de la radiación no-ionizante. Estas nuevas pautas sustituyen las recomendaciones previas realizadas por la ICNIRP para este rango de frecuencia. Derivan del conocimiento científico actual según fueron descriptas en numerosas reseñas de la Organización Mundial de la Salud.

Niveles de referencia: los niveles de referencia fueron determinados mediante modelación matemática para las condiciones de exposición donde la variación del campo magnético o eléctrico sobre el espacio ocupado por el cuerpo es relativamente pequeña; es decir, exposiciones uniformes.

Se calcularon para la condición de acoplamiento máximo del campo al individuo expuesto, proveyendo así máxima protección.

Se tomaron en cuenta la dependencia de la frecuencia y las dudas en la dosimetría.

En la frecuencia de potencia (50 Hz), los niveles de referencia para la exposición ocupacional son de 10 kV m-1 para el campo eléctrico y de 1 mT para el magnético.

Con respecto a la exposición del público en general, los niveles de referencia son de 5 kV m-1 para el campo eléctrico y de 200 µT para el magnético.

Para una fuente muy localizada con una distancia de unos pocos centímetros del cuerpo, la única opción realística para la evaluación de exposición es determinar dosimétricamente el campo eléctrico inducido, caso por caso.

Con las distancias más grandes, la distribución del campo se vuelve menos localizada, pero aún así es no-uniforme, en cuyo caso es posible el promedio espacial a lo largo del cuerpo o de una parte del mismo con los niveles de referencia.

La corriente de contacto puede ocasionar peligros de descargas o quemaduras.



Medidas de protección: la ICNIRP señala que se puede asegurar la protección de la gente expuesta a campos magnéticos y eléctricos si se cumple con todos los aspectos de esta guía.

Se deben implementar medidas de protección adecuadas cuando la exposición hace que las restricciones básicas se excedan.

Los controles de ingeniería y los controles administrativos deberían llevarse a cabo en forma conjunta.

En el lugar de trabajo, se deben utilizar medidas adicionales de protección del personal, aunque deberían considerarse como un último recurso.

Además, es esencial implementar reglas que prevengan la interferencia con los dispositivos electrónicos médicos, con la detonación de dispositivos de electro-explosión, y con fuego o explosiones que provienen de la ignición de materiales inflamables por acción de las chispas.

Todo lo aquí expuesto se encuentra en sintonía con la recomendación previa.

Efectos a largo plazo: los estudios epidemiológicos han arrojado que la exposición crónica a campos magnéticos de frecuencia de potencia de baja intensidad está asociada a un riesgo mayor de leucemia infantil. Sin embargo, los estudios de laboratorio no respaldan esta asociación, y no se ha podido establecer una relación causal entre los campos magnéticos y la leucemia infantil o cualquier otro efecto a largo plazo. La ausencia de una causalidad establecida es la razón por la cual no se han identificado los resultados epidemiológicos en las restricciones básicas.

La ICNIRP sabe muy bien que las poblaciones de muchos países se han mostrado muy preocupadas por estos resultados epidemiológicos.

Según el punto de vista de la ICNIRP , estas preocupaciones están basadas en muchos aspectos diferentes, entre los que se incluyen los sociales, los económicos y los políticos.

En este contexto, la ICNIRP sólo provee asesoramiento con fundamentos exclusivamente científicos.

Los cambios más importantes comparados con las recomendaciones previas son:

ü Las restricciones básicas para campos eléctricos se basan en campos eléctricos internos inducidos, en vez de densidad de corriente inducida, ya que ésta es la cantidad física que determina el efecto biológico. Los análisis previos de riesgo de la salud se basaron en la densidad de corriente inducida debido a que la mayoría de la información experimental en aquel tiempo se basaba en dicha métrica.

ü Se han trazado pautas previas para preferir efectos en las funciones del sistema nervioso y sólo se recomendó una limitación de la densidad de corriente inducida en el tejido del SNC. Los fosfenos no fueron consideradas como un efecto adverso. La ICNIRP hoy considera los efectos en la retina como un modelo de efectos en el cerebro, y el límite de fosfenos sienta las bases para la exposición limitante. Además, también se han explicado los efectos de la estimulación en los nervios mielinizados centrales y periféricos. Esto lleva a una limitación de exposición en cualquier tejido del cuerpo. Los valores límites se basaron en evidencia científica actual, y no fueron simplemente convertidos sobre la base de la conductividad del tejido a partir de la guía anterior, que se basaba en la densidad de corriente inducida.

ü Mientras que en 1998 las consideraciones dosimétricas se basaron en simples modelos geométricos, las nuevas pautas utilizan datos de estimulaciones computacionales basadas en modelos del cuerpo humano anatómicamente detallados.

ü Las restricciones básicas analizadas, así como los modelos dosimétricos utilizados, arrojan como resultado niveles de referencia para campos magnéticos menos conservadores, mientras que los de los campos eléctricos permanecen sin alteraciones, salvo algunas excepciones.

La principal interacción de los campos magnéticos y eléctricos de baja frecuencia (CEM-FEB) variables en el tiempo con el cuerpo humano se manifiesta en la inducción de campos eléctricos y de corrientes asociadas en los tejidos. Además, la exposición a campos eléctricos de baja frecuencia puede provocar efectos de carga eléctrica en superficie.

Se ha podido establecer claramente la sensibilidad del tejido muscular y nervioso eléctricamente excitable a estímulos eléctricos, incluidos aquellos por exposición a campos magnéticos y eléctricos de baja frecuencia, y se ha calculado un límite mínimo de campo eléctrico de aproximadamente 4-6 V m-1 para la estimulación nerviosa periférica. El efecto más fuertemente establecido de los campos magnéticos por debajo del límite de excitación muscular o nerviosa directa es la inducción de fosfenos magnéticos (la percepción de una tenue luz parpadeante en la periferia del campo visual). Se cree que es la consecuencia de la interacción del campo eléctrico inducido con las células eléctricamente excitables de la retina. El límite de inducción de fosfenos en la retina es de 50 a 100 mV m- 1 a 20 Hz. Resulta mucho menos clara la evidencia de efectos neuroconductuales, así como sobre la cognición, el sueño y el humor en voluntarios expuestos a campos magnéticos y eléctricos de baja frecuencia. La información científica disponible actualmente tampoco indica que los campos magnéticos y/o eléctricos afecten el sistema neuroendocrino de modo tal que representen un impacto adverso en la salud. No existe evidencia sustancial de ninguna asociación entre la exposición a CEM-FEB y enfermedades tales como el mal de Parkinson, la esclerosis múltiple y las cardiovasculares. Asimismo, la evidencia de cualquier asociación con el mal de Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica es no concluyente y la evidencia de asociación con efectos del desarrollo y la reproducción es muy endeble.

Un número considerable de reportes epidemiológicos, publicados particularmente durante los ’80 y ’90, arrojaron que la exposición a largo plazo a campos magnéticos de 50-60 Hz puede relacionarse con un riesgo mayor de leucemia infantil. Dos análisis relacionados indican que puede existir un riesgo de exceso en exposiciones promedio que excedan los 0.3-0.4 µT. Sin embargo, cierta parcialidad en la selección, sumado a cierto nivel de confusión y el azar, podría explicar los resultados. Además, no se ha identificado ningún mecanismo biofísico, y los resultados experimentales de estudios de laboratorio de animales y células no sustentan que la exposición a campos magnéticos de 50-60 Hz sea una causa de leucemia infantil.

La ICNIRP sostiene que la evidencia científica actual de que la exposición prolongada a campos magnéticos de baja frecuencia está causalmente relacionada con un riesgo mayor de leucemia infantil es demasiado endeble como para sentar las bases de las pautas de exposición. Por lo tanto, la percepción de campos eléctricos en superficie, la estimulación directa del tejido nervioso y muscular, y la inducción de fosfenos retinales son los únicos efectos adversos bien fundados que sirven de base para la orientación.

Basada en la reseña de la evidencia científica antes mencionada, la ICNIRP recomienda límites de exposición ocupacionales y para público en general:

Para la exposición ocupacional se indica que debería limitarse a campos que induzcan fuerzas de campos eléctricos en el tejido del SNC de la cabeza (es decir, el cerebro y la retina) de menos de 50 mV m-1, para evitar así la inducción de los fosfenos retinales. Estas restricciones deberían también prevenir cualquier posible efecto transitorio en la función del cerebro. Estos efectos no son considerados adversos para la salud. Sin embargo, la ICNIRP reconoce que pueden ser perturbadores en algunas circunstancias ocupacionales y deberían evitarse, pero no se aplicó ningún factor de reducción adicional. En frecuencias superiores, hasta 400 Hz, el valor límite se incrementa de forma proporcional a la frecuencia. En frecuencias del orden de los 400 Hz a 3 kHz, la exposición ocupacional debería estar limitada a campos que induzcan fuerzas de campo eléctrico en todas las partes del cuerpo de menos de 800 mV m-1 para evitar así la estimulación del nervio mielinizado central y periférico. En frecuencias superiores a 3 kHz, el valor límite se incrementa proporcionalmente a la frecuencia.

Para las exposiciones del público en general: en el rango de frecuencia de los 10 Hz a los 25 Hz, la exposición del público en general debería limitarse a campos que induzcan fuerzas de campo eléctrico en el tejido del SNC de la cabeza (es decir, el cerebro y la retina) de menos de 10 mV m-1 para evitar así la inducción de fosfenos retinales. Estas restricciones deberían, asimismo, prevenir cualquier efecto transitorio posible en la función del cerebro. Se aplicó un factor de reducción de 5 al límite de fosfenos de 50 mV m-1 para intentar explicar las dudas. Por arriba y por debajo de este rango de frecuencia, la restricción básica se incrementa.

No hay comentarios: